El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Política Exterior, Josep Borrell, se marcó este lunes como objetivo un embargo al petróleo ruso como próxima sanción en represalia a la invasión a Ucrania, que entra en una nueva fase con el recrudecimiento del conflicto en el Donbás.
“Es importante empezar por el petróleo, que representa una gran factura y es fácil de reemplazar“, afirmó en rueda de prensa desde Luxemburgo, tras la reunión de ministros de Exteriores que sirvió para lanzar este debate.
Según indicó Borrell, la UE pagó cuatro veces más el año pasado por el suministro de crudo que de gas, unos 80.000 millones de euros (EUR) frente a 20.000 millones, por lo que se fijó el petróleo como próxima meta en la espiral de sanciones de la UE, una vez la Comisión Europea ya trabaja en otro paquete de restricciones después de las primeras sanciones al sector energético, al carbón, la semana pasada.
“De momento no hemos llegado a cerrar un método colectivo vinculante, pero cada uno lo hace por su lado y tienen planes para acabar con esa dependencia“, explicó el Alto Representante, poniendo en valor el compromiso de los socios europeos de dar pasos en esta dirección.
Borrell explicó tras el encuentro con los ministros europeos de Exteriores que “todos” los Estados miembros se han concienciado del “riesgo” que entraña la dependencia del suministro ruso y de que es necesario un esfuerzo para hacer frente a esta debilidad.
La ofensiva rusa sucederá “con o sin sanciones”
En todo caso, el jefe de la diplomacia europea evitó establecer plazos o urgir a los Estados miembros a adoptar medidas, al señalar que las próxima semanas la guerra en Ucrania se va a producir “con o sin sanciones”.
“Las sanciones tienen efecto a largo plazo”, argumentó. “Si cierras el grifo del gas ruso, no tiene efecto inmediato. Lo que cuenta ahora es la ayuda que prestamos a Ucrania“, defendió el político español.