La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Rusia detener inmediatamente la ofensiva militar sobre Ucrania, en aplicación de las medidas cautelares que habían solicitado las autoridades ucranianas por la supuesta falsedad de las justificaciones rusas para iniciar la invasión.
El Gobierno de Volodimir Zelenski había llevado al caso ante la CIJ alegando que Rusia no podía alegar que se estaba produciendo un genocidio en Ucrania. Kiev acusaba a Moscú de violar la Convención para la Prevención y la Sanción del Genocidio (1948), ratificada por ambos países.
Las autoridades ucranianas solicitaban por tanto la adopción de medidas cautelares “para evitar perjuicios irreparables a los derechos de Ucrania y su pueblo y evitar agravar la disputa entre las partes”, una petición que la CIJ atendió emplazando a Moscú a poner fin a la ofensiva.
Zelenski celebró en Twitter lo que considera una “victoria completa” y señaló que el dictamen es de obligado cumplimiento de acuerdo al Derecho Internacional. Así, instó a Rusia a actuar “inmediatamente”, ya que de lo contrario “se aislará todavía más”.