Bolsonaro y Putin evitan hablar de Ucrania durante reunión en Moscú 

Foto: AP

El presidente ruso Vladimir Putin recibió el miércoles a su contraparte brasileño Jair Bolsonaro para mantener conversaciones en Moscú y elogió las relaciones entre los dos países, caracterizadas por la “amistad y la comprensión mutua”.

Bolsonaro realizó su primer viaje a Rusia en momentos de gran tensión entre Moscú y las potencias occidentales generada por el temor de que Rusia planea invadir Ucrania, y lo hizo a pesar de que funcionarios brasileños y estadounidenses expresaron dudas sobre si era oportuno.

Los presidentes no mencionaron a Ucrania ni los reclamos rusos de garantías de seguridad en sus declaraciones iniciales ni en la conferencia de prensa posterior a las conversaciones.

Las fotos del encuentro en el Kremlin mostraron a los presidentes sentados uno cerca del otro separados por una mesa pequeña. En sus encuentros recientes con el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholtz, los mandatarios estaban separados por una mesa de varios metros de largo, que funcionarios del Kremlin atribuyeron a las precauciones por la pandemia.

Después de la reunión, Putin dijo en conferencia de prensa que mantuvieron “conversaciones exhaustivas y constructivas”.

“Rusia y Brasil están unidos tradicionalmente por relaciones de amistad y comprensión mutua. La asociación estratégica de nuestros países abarca una variedad de áreas. Nos esforzamos conjuntamente para desarrollar vínculos políticos, económicos y humanitarios, cooperamos estrechamente en el escenario internacional”.

Bolsonaro dijo que los dos países comparten valores compartidos como la creencia en Dios y la defensa de la familia. “También nos solidarizamos con esos países que desean y se comprometen con la paz”.

Un comunicado conjunto difundido por el Kremlin después del inicio de las conversaciones dijo que los presidentes “destacaron su resolución de fortalecer la asociación estratégica, profundizar el diálogo político, elevar el nivel de las relaciones bilaterales basadas en el respeto por la soberanía, el derecho internacional y los principios del estado de derecho compartidos por ambos países”.

Descontento por viaje de Bolsonaro

El viaje de Bolsonaro a Moscú estaba previsto desde diciembre, antes de que comenzara la crisis ucraniana, y apuntaba a estrechar las relaciones comerciales con Rusia, una fuente crucial de fertilizantes para la potencia agraria sudamericana.

Dos ministros del gabinete brasileño dijeron a The Associated Press que intentaron convencerlo de que desistiera del viaje. Hablaron bajo la condición de anonimato por temor a las represalias.

Dos altos funcionarios del ministerio del Exterior también dijeron a la AP que recibieron mensajes de funcionarios estadounidenses de que el viaje era una muestra de indiferencia brasileña ante las amenazas de invasión. Hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizados a hacerlo públicamente.

El exministro del exterior de Bolsonaro, Ernesto Araújo, también criticó el viaje.

“Es muy problemático como señal. Tomamos partido por un matón que está matoneando un país independiente que es Ucrania”, dijo Araújo el martes en entrevista con la radio Jovem Pan. Añadió que las discusiones sobre la compra de fertilizantes no requieren un viaje. “Le hacemos el juego a Putin”.

Cuando su avión entró al espacio aéreo el martes, Bolsonaro tuiteó acerca del informe de que las fuerzas rusas retiraban algunas unidades de la proximidad de Ucrania. Sus partidarios se jactaron online de que había ayudado a impedir un conflicto armado, y cuando se reveló que era evidentemente falsa, dijeron que había sido una broma.

Los ministros brasileños dijeron que funcionarios del Exterior y la Defensa habían aconsejado a Bolsonaro que no mencionara Ucrania, y que si Putin lo hacía, que demostrara neutralidad y apoyo al diálogo.

Rusia ha buscado penetrar en una región que Estados Unidos considera tradicionalmente parte de su esfera de influencia. Su presencia en Latinoamérica ha sido limitada desde los 90, y en años recientes significó una alianza con Venezuela para proveerla de armas y proyectos energéticos, así como la provisión de armas a Nicaragua. Pero las compras de armas por Latinoamérica cayeron drásticamente al finalizar el boom de las materias primas y la economía venezolana se derrumbó.

El presidente argentino Alberto Fernández, que se reunió con su contraparte ruso semanas atrás, dijo que quiere que su país se convierta en “la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica”.

Putin felicitó por teléfono al presidente nicaragüense Daniel Ortega por haber ganado un cuarto mandato en elecciones que Estados Unidos y la Unión Europea consideraron una farsa.

Bolsonaro visitó la cámara baja del parlamento y la tumba del Soldado Desconocido. De Rusia irá a Hungría para reunirse con uno de sus pocos aliados internacionales, el primer ministro Viktor Orban.

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