El Papa reclamó una “firme voluntad de esclarecimiento” a la Iglesia católica ante los “crímenes” de los abusos sexuales al tiempo que pidió que se examinen los “casos individuales para determinar las responsabilidades” y “hacer justicia”.
“Son crímenes sobre los que debe haber una firme voluntad de esclarecimiento, examinando los casos individuales para determinar las responsabilidades, hacer justicia a las víctimas y evitar que semejantes atrocidades se repitan en el futuro”, señaló Francisco durante el tradicional discurso que dirigió ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
El Pontífice reivindicó que la Iglesia Católica siempre “ha reconocido y valorado el papel de la educación en el crecimiento espiritual, moral y social de las jóvenes generaciones”. “Me resulta aún más doloroso constatar que en diversos ámbitos educativos —parroquias y colegios— se han producido abusos a menores, con graves consecuencias psicológicas y espirituales para las personas que los han sufrido”, dijo.
Ante los embajadores, dejó claro que a pesar de la “gravedad de estos actos”, ninguna sociedad puede renunciar a su responsabilidad de educar. “A menudo, en los presupuestos estatales se destinan pocos recursos para la educación. Esta se considera principalmente como un gasto, mientras que, en cambio, es la mejor inversión posible“, recalcó.
Del mismo modo, lamentó que la pandemia haya impedido que numerosos jóvenes “accedan a los centros educativos” lo que ha supuesto un “detrimento de su desarrollo personal y social”.
En función de esto, señaló que muchos niños y adolescentes “han encontrado refugio en realidades virtuales, que crean vínculos psicológicos y emocionales muy fuertes, con la consecuencia de alejarlos de los demás y de la realidad”. Por ello, instó a mantener una actitud vigilante “para que estos instrumentos no sustituyan las verdaderas relaciones humanas, a nivel interpersonal, familiar, social e internacional”.