No parece haber amenazas para la estabilidad del chavismo en el corto plazo, aseguran los analistas. El presidente Nicolás Maduro se ha mantenido en el cargo a pesar de las diferentes crisis políticas y económicas que se han vivido en el país desde su llegada al poder. Pero, ¿seguirá siendo así en 2022?.
“Yo no veo un gobierno que se sienta amenazado por la oposición y tampoco por la comunidad internacional“, advierte la politóloga Ana Milagros Parra.
El oficialismo viene de ganar 19 de las 23 gobernaciones en disputa en las elecciones el pasado 21 de noviembre, sin embargo, los votos bajaron en comparación con comicios anteriores.
“El gobierno no está seguro al 100%. Es una estructura que no es firme, porque son demasiadas estructuras de poder que tratan de evolucionar en una dinámica con respecto a las sanciones, con respecto al dinero que necesitan para mantenerse, pero tienen socios internacionales que los ayudan a sobrevivir con las sanciones”, apunta Parra.
A esos socios —como Irán, Turquía y Rusia— podrían sumarse otros, ante un eventual triunfo de Gustavo Petro en la presidencia de Colombia y de Luis Inácio Lula Da Silva en Brasil.
“Si esas dos cosas ocurren, el gobierno va a tener, quizás no a dos aliados, pero sí a dos gobiernos en sus fronteras que van a estar menos dispuestos a presionarlo“, explica el periodista y magister en Ciencia Política, Alejandro Armas.
La oposición llama a una restructuración
Mientras, la oposición pasa por un clamor entre su militancia. “Llama a un cambio, llama a una restructuración a un nuevo liderazgo y está la ventana (para) que venga un outsider, que la gente no está acostumbrado a ver, que pueda liderar la estructura de la oposición”, destaca Parra.
“El reto de la oposición, yo creo que es casi que arrancar de cero, porque es muy evidente que lo que ha venido haciendo no ha funcionado. Y eso es así en todos los bloques en que se ha dividido la oposición”, detalla Armas, quien añade que Venezuela experimenta lo que califica como “despolitización de las masas”.
“La gente está frustrada con su calidad de vida, responsabiliza al gobierno, quiere un cambio, pero no ve que la oposición sea capaz de concretarlo“, sostiene Armas.
Además de ello, para 2022, Venezuela experimentará un crecimiento económico cercano al 5%, según la firma Ecoanalítica. Esto podría acentuar ese desinterés en las luchas de calle.
“Entre menos deteriorada esté la economía, mientras menos en el foso esté la calidad de vida; el gobierno menos presiones va a tener, porque la gente se va a sentir menos alentada a protestar. Eso no quiere decir que la protesta no vaya a existir. El país sigue muy mal”, concluye Armas.
VOA.