Israel completó la construcción de un muro fronterizo subterráneo de 65 kilómetros a lo largo de la Franja de Gaza para eliminar la posibilidad de ataque a través de túneles por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, subrayó ahora que el muro “priva a Hamás de una de sus capacidades y coloca un muro de hierro, sensores y hormigón entre él y los residentes del sur”, recoge el medio israelí The Jerusalem Post.
“Evitaremos la transferencia de conocimiento y tecnología iraníes a Gaza, y continuaremos frustrando cualquier intento de Hamás de operar sus sucursales en Judea y Samaria, o en Israel, intentos que fallan una y otra vez”, añadió Gantz.
La estructura se concluyó tras unos cuatro años de construcción —arrancó en 2017— e incluye un componente subterráneo con sensores, una valla en la superficie, una barrera naval, sistemas de radar y salas de mando y control, detalló el Ministerio de Defensa israelí, que cigró en más de 1.200 trabajadores que participaron en la obra.
Durante la guerra de 2014, los militantes de Hamás utilizaron varias veces los túneles para entrar en territorio israelí, siendo muchos de los pasos destruidos por el Ejército de Israel.