El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Joe Biden, transfirió brevemente el poder a la vicepresidenta Kamala Harris este viernes cuando se someta a una “colonoscopia de rutina” en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, dijo la Casa Blanca.
Biden se dirigió al centro médico en los suburbios de Washington para su primer examen físico de rutina como presidente. La secretaria de prensa Jen Psaki dijo que Biden estaría bajo anestesia durante el procedimiento y que transferirá el poder a Harris, refirió The Associated Press.
Horas después, Biden retomó el poder de su cargo y sus funciones.
“Como ocurrió cuando el presidente George W. Bush se sometió al mismo procedimiento en 2002 y 2007, y siguiendo el proceso establecido en la Constitución, el presidente Biden transferirá el poder a la vicepresidenta durante el breve periodo de tiempo en que esté bajo anestesia”, dijo. “La vicepresidenta trabajará desde su despacho en el Ala Oeste durante este tiempo”.
Biden, de 78 años, se sometió a su último examen completo en diciembre de 2019, cuando los médicos consideraron que el exvicepresidente estaba “sano, vigoroso” y “apto para ejecutar con éxito los deberes de la Presidencia”, según un informe médico de entonces. Biden, que cumple 79 años el sábado, es la persona de mayor edad que ha ejercido la presidencia, y el interés por su salud ha sido alto desde que declaró su candidatura a la Casa Blanca en 2019.
El doctor Kevin O’Connor, que ha sido el médico de cabecera de Biden desde 2009, escribió en una nota de tres páginas que el entonces candidato presidencial estaba en buena forma en general.
En ese informe, O’Connor dijo que desde 2003, Biden ha tenido episodios de fibrilación auricular, un tipo de latido irregular que es potencialmente grave pero tratable. En aquel momento, O’Connor citó una lista de pruebas que mostraban que el corazón de Biden funcionaba con normalidad y que su único cuidado necesario era un anticoagulante para prevenir el riesgo más preocupante, los coágulos de sangre o los accidentes cerebrovasculares.
Algo histórico
Biden tuvo un roce con la muerte en 1988, al requerir cirugía para reparar dos aneurismas cerebrales, protuberancias débiles en las arterias, una de las cuales tenía una fuga. Biden nunca ha tenido una recurrencia, dijo su médico, citando una prueba en 2014 que examinó sus arterias.
De acuerdo con la 25ª Enmienda de la Constitución, Biden firmó una carta al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes diciendo que no podía desempeñar sus funciones mientras esté anestesiado, lo que conviertió a Harris en el presidente en funciones, y les envió otra carta al concluir el procedimiento para reanudar sus funciones.
Harris, la primera mujer, persona de color y de ascendencia sudasiática en ser vicepresidenta, hizo historia durante el breve tiempo que ejerza como presidenta en funciones. Está previsto que viaje a Ohio a última hora del viernes, una vez que Biden reanude sus funciones.
El viernes por la tarde, Biden tiene previsto participar en el indulto anual del pavo nacional de Acción de Gracias.
Cuando Biden tomó posesión de su cargo, llevó a O’Connor de vuelta a la Casa Blanca para que siguiera siendo su médico, y se esperaba que O’Connor dirigiera un equipo de expertos para realizar el examen físico de Biden el viernes.
Una vez que la pandemia de coronavirus surgió a principios de 2020, el equipo de Biden tomó intensas medidas para mantener al entonces candidato y ahora presidente sano mientras el virus hacía estragos y se cobraba un precio desproporcionado entre la población de mayor edad. Biden recibió su primera dosis de las vacunas en diciembre de 2020 y su segunda dosis apenas dos semanas antes de asumir el cargo. Recibió una dosis de refuerzo, que según los reguladores proporciona una protección más duradera, a finales de septiembre.
La Casa Blanca dijo que Biden autorizaría la publicación de un informe médico, como es habitual para los presidentes y los candidatos presidenciales. El expresidente Donald Trump, de 75 años, fue duramente criticado por dar a conocer solo detalles superficiales sobre su salud mientras se postulaba y servía en la Casa Blanca, incluyendo el ocultamiento de la gravedad de su enfermedad de coronavirus un mes antes de las elecciones presidenciales de 2020.