El actor estadounidense Will Smith compartió detalles de la conflictiva relación que ha mantenido con sus padres en una memorias que se publicarán el próximo 9 de noviembre, donde se sincera sobre varios temas personales.
“Mi padre era violento, pero también estuvo en cada obra de teatro y recital que daba. Era alcohólico, pero estaba sobrio en los estrenos de cada una de mis películas“, relata en las primeras páginas de su libro. “Escuchó cada disco. Visitó todos los estudios [de grabación]. El mismo perfeccionismo intenso que aterrorizó a su familia fue por el que consiguió poner comida sobre la mesa todas las noches de mi vida”, confesó en declaraciones citadas por la revista PEOPLE.
Sin embargo, el momento más traumático para él tuvo lugar cuando presenció a su padre atacando físicamente a su madre. “Cuando tenía nueve años, vi a mi padre golpear a mi madre en la cabeza con tanta fuerza que se derrumbó. La vi escupir sangre. Ese momento en esa habitación, probablemente más que cualquier otro momento de mi vida, ha definido quién soy”.
“En todo lo que he hecho desde entonces, los premios y los elogios, los focos y la atención, los personajes y las risas, ha habido una sutil cadena de disculpas hacia mi madre por no haber actuado ese día. Por fallarle en ese momento. Por no hacer frente a mi padre. Por ser un cobarde”, se sinceró Smith.
Los padres de Will Smith se separaron cuando era un adolescente. A pesar de mantener una relación cercana con su padre, el actor aseguró que esa ira contenida le asaltó durante años, sobre todo mientras cuidaba a su padre luego de haber sido diagnosticado con cáncer.
“Una noche, mientras le llevaba desde su dormitorio hasta el baño con cuidado, una oscuridad surgió dentro de mí. El camino entre esas dos estancias pasa por la parte superior de las escaleras. Cuando era niño, siempre me dije a mí mismo que algún día vengaría a mi madre. Que cuando fuera lo suficientemente mayor, cuando fuera lo suficientemente fuerte, cuando ya no fuera un cobarde, le mataría”, declaró.
Fue ese el instante en el que recuerda haber tenido ganas de matar a su padre. “Me detuve en la parte superior de las escaleras. Pensé que podría empujarlo y quitármelo de encima fácilmente. Mientras las décadas de dolor, ira y resentimiento iban desapareciendo, negué con la cabeza y procedí a llevarlo al baño”, agregó.
Luego de la muerte de su padre, Smith aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre la compleja relación que mantuvieron por años.
“No hay nada que puedas recibir del mundo material que te genere paz interior o satisfacción (…) Al final, no importa un ápice cuánto te haya amado el resto de la gente, solo alcanzarás la felicidad en función de lo bien que tú los hayas amado”, sostuvo.