El pasado 5 de junio, Richard Robinson, dueño de la editorial Scholastic, falleció durante un paseo en Martha ‘s Vineyard en Massachusetts, cuando tenía 84 años, como consecuencia de un derrame cerebral o un ataque cardíaco.
El CEO de la editorial, valuada en 1.200 millones de dólares, dejó toda su fortuna a su expareja, Iole Lucchese, quien también heredó todas las posesiones personales de Robinson.
Ni los hijos de Robinson, ni sus hermanos fueron citados en el documento. Tampoco su exesposa, con quien había mantenido contacto durante la pandemia. En el testamento con fecha de 2018, Robinson describió a Lucchese, como “mi socia y amiga más querida”.
El testamento causó descontento entre sus familiares y podría desatar una batalla legal. Reece Robinson, su hijo menor, dijo que el descubrimiento de las últimas voluntades del padre fue “inesperado e impactante”.
Robinson, de 25 años, señaló que buscó involucrarse en la empresa de su padre. “Me veía como un asesor. No quería sacrificar mis 20 años para trabajar en una corporación”. Por su parte, su hermano mayor, Ben Robinson, de 34 años, trabaja en un taller que produce madera, pisos y muebles.
“Valoraba mi perspectiva en todos los asuntos, en particular con respecto a la trayectoria de la empresa”, señaló Ben.
La nueva dueña de Scholastic
Iole Lucchese trabaja en la editorial desde 1991, cuando se convirtió en editora asociada en clubes de lectura y ascendió de rango hasta que fue nombrada directora de estrategia en 2014.
Dos años después se convirtió en presidenta única de Scholastic Canada y en 2018 agregó el título de presidenta de Scholastic Entertainment.
De acuerdo a la información citada por The Wall Street Journals, las personas que los conocían revelaron que Robinson confiaba en ella y seguía siendo parte de su círculo íntimo.
Ante ello, los hermanos de Robinson, se mostraron dispuestos a acompañar a Lucchese, pero advirtieron que continuarán con la misión y el legado de Scholastic.
