Las 6 recomendaciones para el proceso de negociación entre oposición y Gobierno, según Wola

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La Oficina de Washington para América Latina (Wola) y el Instituto de la Paz de Estados Unidos (Usip) elaboraron un informe que reconstruye los proceso de negociación de 2019 protagonizados por miembros de la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro en Barbados y Noruega en medio de una nueva mesa de diálogo entre ambos actores políticos en Venezuela. 

El documento titulado “Negociando un retorno a la democracia en Venezuela” aporta hallazgos y recomendaciones sobre el proceso a partir de entrevistas a miembros de los equipos negociadores, así como altos funcionarios estadounidenses y otros diplomáticos de la comunidad internacional. 

¿Cuáles fueron los hallazgos? 

Una de las revelaciones expuestas en la investigación está relacionada con el rechazo de la delegación socialista a la propuesta de un Consejo de Estado que consideraba la renuncia de Nicolás Maduro y que se encargaría de supervisar los nuevos comicios electorales en Venezuela. 

De acuerdo a lo expuesto en el informe, tanto el Gobierno de Nicolás Maduro como la oposición venezolana tenían alternativas para una solución negociada de la crisis, y volvieron a ellas una vez que las conversaciones se estancaron. 

“La oposición señaló las conversaciones fallidas para afirmar que se necesitaba más presión contra el Gobierno de Maduro, y el mismo acto de sostener conversaciones pulió la legitimidad y la posición del Gobierno. Ninguna de las partes exigió el éxito de las negociaciones”, señala el reporte. 

Agrega el informe que el Gobierno venezolano buscó aprovechar las divisiones entre la oposición para marginar la facción liderada por Juan Guaidó y empoderar a una facción menos conflictiva. “A medida que las conversaciones en Barbados flaqueaban, Maduro entabló un diálogo paralelo con partidos minoritarios de oposición, ofreciendo solo concesiones mínimas”. 

Ambas partes percibieron a Estados Unidos (EE. UU.) como indispensable para las negociaciones de 2019, pero las divisiones entre el Consejo de Seguridad Nacional y Departamento de Estado complicaron su participación en el proceso. 

“Exfuncionarios y negociadores de la oposición apuntan a claras tensiones: los diplomáticos del Departamento de Estado apoyaron las conversaciones, pero los funcionarios del Consejo de Seguridad las vieron como una forma de profundizar las divisiones chavistas”. 

“La falta de voluntad de Estados Unidos para flexibilizar las sanciones le dio un poder de veto que fue ejercido sin ayuda. Las sanciones sectoriales de EE.UU., dejó a los negociadores de la oposición con poca influencia. Las nuevas sanciones estadounidenses, anunciadas en agosto de 2019, presentaron una excusa para que Maduro paralizara las conversaciones y para que la oposición declarara el fin del proceso”, agregan. 

Recomendaciones 

1. La mesa de negociación debe reestructurarse para incorporar aportes de un conjunto más amplio de actores. Las próximas conversaciones deben tener una mayor paridad de género e incluir un espacio claro para la consulta con las organizaciones de la sociedad civil, los grupos de derechos humanos y las víctimas. 

2. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega sigue siendo el actor mejor considerado para facilitar futuras negociaciones. Pero en el futuro, las negociaciones pueden requerir una participación más activa de los facilitadores para incluir la propuesta de soluciones creativas. 

3. Una hoja de ruta hacia la reinstitucionalización, en lugar de una solución decisiva para la crisis de Venezuela, puede ser más apropiada. Fuentes gubernamentales suelen afirmar que les interesa una solución que vaya más allá de las elecciones y que incluya garantías para la convivencia política.

3. Cualquier solución va a requerir elecciones libres y justas, pero también diseñar un resultado que permita un lugar seguro para el chavismo en el panorama político del país. 

4. Estados Unidos debe comprometerse con una solución negociada para asegurar su éxito. Debe abandonar su enfoque de “todo o nada” para la presión, y dejar en claro que el progreso en los puntos de referencia acordados puede conducir a un alivio gradual de las sanciones sectoriales, las cuales pueden retroceder en caso de incumplimiento.

5. Los actores internacionales más allá de EE.UU. deben tener la oportunidad de jugar un papel de apoyo en las negociaciones, ya sea como garantes u observadores.

6.  Los actores internacionales relevantes deben trabajar para hacer que las alternativas a la negociación creíble sean poco atractivas, tanto para el gobierno como para la oposición.

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