El caso del “Monstruo de Denver” es la historia protagonizada por Chris Watts, un hombre que celebró sus 36 años en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua por los asesinato de su esposa embarazada y sus dos hijas pequeñas.
Los hechos ocurrieron en 2018 en la ciudad de Colorado, Estados Unidos. Desde un principio el caso estuvo marcado por la mentira y el cinismo del hombre, quien luego de deshacerse de los cuerpos de su familia, aseguró ante los medios de comunicación que desconocía su paradero.
A tan solo dos años de su muerte, Watts se encuentra en un confinamiento plagado de segregación, desprecio y el consuelo de algunas “amigas por correspondencia”, reseñó la revista People.
El hombre se encuentra bajo custodia en Dodge Correctional Institution, una prisión de alta seguridad ubicada en Wisconsin.
De acuerdo al portal de noticias, Watts se encuentra en “peligro” dentro de la prisión. “Mató a niños. Hay un orden jerárquico definido en la cárcel, y alguien que hiere o mata a los niños está en el fondo”, explicó la fuente.
Chris Watts es considerado un “paria”, es decir, se encuentra en el último nivel de la jerarquía del penal, donde ni siquiera tiene interacción con los guardias de seguridad y sus actividades están limitadas 23 horas al día, pues apenas puede salir a bañarse o hacer ejercicio.
Asimismo, la revista reveló que el interior de su celda el hombre tiene una Biblia y algunas fotos familiares. Sin embargo, su pasatiempo, es mantener correspondencia con “amigas”.
De acuerdo a las investigaciones realizadas, Chris Watts tenía una relación extramarital con una compañera de trabajo.
Tras su separación con Shannan, el hombre estranguló a su pareja y dejó su cuerpo en un campo petrolero para, posteriormente, asesinar a sus hijas de 4 y 3 años de edad.
Shannan Watts tenía 15 semanas de embarazo al momento de ser asesinada por su esposo. Meses antes, la mujer había compartido la noticia con un video en el que mostraba a Watts emocionado ante la llegada de un nuevo bebé.
Sin embargo, el hombre mantenía una relación con Nichol Kessinger, a quien le aseguró que el bebé no era suyo, y acusó a su esposa de haberle sido infiel, una teoría que quedó descartada por las autoridades.
De igual manera, la fuente reveló a la revista que Watts ha tenido que pasar las últimas Navidades confinado ante el desprecio de sus compañeros de prisión.
“Sabe al 100% que nunca volverá a suceder, y eso es culpa suya. Está en un infierno que él mismo ha creado “, finalizó.