Los ministros de Exteriores de la Unión Europea consideraron este lunes que el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela “es un paso entre otros” que Caracas tendrá que dar para poder celebrar elecciones que la comunidad internacional considere democráticas.
“El Consejo Nacional es un paso entre otros que tendrán que venir para poder celebrar elecciones con garantías democráticas a nivel regional, local y por supuesto, a nivel presidencial“, dijo la ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, resumiendo “el sentir” de sus homólogos europeos.
“Esta comisión nacional venezolana no es el final de una negociación, es el principio de una negociación que tendrá que ser mucho más amplia y dirigida por los actores venezolanos”, continuó la jefa de la diplomacia española.
El nuevo CNE, elegido por el Parlamento venezolano la semana pasada y que velará por los procesos electorales de los próximos siete años, está compuesto por los chavistas Alexis Corredor Pérez, Tania D’Amelio y Pedro Calzadilla, y los opositores Enrique Márquez y Roberto Picón.
El posicionamiento de los ministros de Exteriores europeos coincide también con el optimismo y la cautela mostrada por Estados Unidos, un cambio significativo en la visión que tenían sobre el CNE saliente, al que criticaron en repetidas ocasiones por haber sido designado por el Tribunal Supremo de Justicia y no por el Parlamento, así como por su composición.
“Primer paso”
Es similar también la postura defendida por el político opositor y dos veces candidato a la Presidencia, Henrique Capriles, quien ha dicho que el ente electoral es “un primer paso indispensable” para abrir caminos de cara a la democracia y a la reconstrucción política de Venezuela.
Sin embargo, difiere de la opinión que tiene la oposición liderada por Juan Guaidó -que mostró su desagrado incluso antes de conocer qué cinco personas elegiría el Parlamento- así como la Organización de Estados Americanos (OEA), que mantiene la misma postura de rechazo que tenía con el órgano electoral anterior.
Y a diferencia de todos ellos, ha decidido guardar silencio el Grupo de Lima, al que pertenecen Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.